martes, 15 de abril de 2008

Recuentos.

Anoto en mi libreta:
"Hoy fui fulminado por la luz"
mientras la mujer depresiva
codea sus monstruos con los míos
y me pregunto si, como yo,
no se encuentra en el reflejo.
Anoto en mi libreta:
"Estoy de este lado"
mientras la mujer depresiva
se crea a sí misma como un monstruo
como el mío, quizás;
una bestia que se cree
levantada antes del fondo.
Anoto en mi libreta:
"Yo soy mío"
mientras la mujer depresiva
le cuenta a su ex novio, en un poema,
que lo extraña, que era bueno.
Es un poema hermoso.
No como mi monstruo
hecho de la falta
de amor.
La mujer depresiva continúa por violar
de la mano de su monstruo a un niño,
mientras yo anoto en mi libreta:
"yo soy ese niño"
y continúo por botar la libreta.
¿Por qué mandamos todo a la mierda?
¿Por qué hacemos esto?
Esta descripción del infierno
¿Por qué no describimos, de una vez,
aquello que nos complace
de estar aquí?
"Mis pensamientos,
la seguridad que siento en mí mismo,
la capacidad de volver".
¿De dónde viene?, dice la canción
¿ya has pasado por esta noche?
La canción me ha rondado esta noche.
En algún punto anoté:
"Sólo puedo superarme a mí mismo"
mientras la mujer depresiva
elaboraba el imaginario de su muerte
sin que mi entusiasmo llegara, transformara.
Yo anoté:
"Dime qué te gusta,
demos un paseo".
Fui usado por el amor,
luego fui asaltado por la luz
y me dejé ir, en el entusiasmo
de la seguridad
del otro extremo.
Anoté: "Es necesario que regrese"
pero se borroneó
y no hice caso.
La mujer depresiva
desvaneciéndose en el velocímetro.
"Me siento seguro del otro lado"
La puerta cerrándose como un fantasma.
Canciones que me sacaron el alma.
"Vuelve solo
a tu centro".
¿Has pasado por esta noche?
¿De dónde viene?
"Aquí la calma del poema
mientras todo esté así
tan silencioso
y llevemos, como obreros,
el recuento del mal de esta noche".

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