
El guatón budista aún es demasiado tímido y mamón, me dijo el valiente cazador chino. Entonces ¿quién capitará la nave? ¿será nuestra nave una nave fantasma? No sé, dijo de Pizarra, pero ahora saldremos un tiempo del mar y haremos una máquina terrestre para salvar a los aborígenes guerreros. Muy bien, entonces una angelita de pies delicados me tomó de sus alas y me llevó a pasear a la luna por una temporada.