lunes, 14 de abril de 2008

El hombre no existe.

Que la mujer exista;
pues el hombre no existe.
Una imagen sobre el vacío
hecha a nuestra conveniencia,
que el hombre sea reinventado.
Estos brazos peludos y gordos,
estas pelotas enormes.
Que mi estencil sea
sobre esta pared.
La mujer marque
la pauta de la revolución
y seamos nosotros quienes busquemos
entre los pedazos
un rostro nuevo y puro como la nieve.
Nieve nueva.
Barbas nuevas.
Un falo que valga empuñar.
¿No es acaso la mujer
quien dio a luz?
¿Acaso no somos, naturalmente,
un invento de la mujer?
Que nuestra sombría existencia sea
luciérnaga, faro;
considérese arduamente esta proposición.

4 comentarios:

Alex dijo...

Que la mujer nos lleve por los caminos que todavía no se han recorrido.
Y que los hombres que miran al suelo levanten sus cabezas.

Maori Pérez dijo...

salú

MM1 dijo...

Que el hombre no exista y la mujer se contente con comerse las uñas

Maori Pérez dijo...

mientras se coma sus propias uñas y no las del muerto por inanición...