Para Pablo de Rokha
Las páginas blancas, estériles, sin contaminar, donde se representa sin saberlo todo el carácter de mi poesía suburbana, podrida, cargada de muertos, mutilada de manos y cosida en la boca; ahí donde la mujer estalla en su orgasmo autoinferido, donde los basurales de libros son depósitos de la muerte y entre ellos se ocultan bestias innombrables, en esos lugares están mis cuadernos y los hombres que me representan.
Tus gestos, Pablo, se me pegan, tus palabras me acompañan en el campo abierto, con sus manojos de acciones irremediables*, cuando todas las geografias del mundo se convierten en nada, no hay fronteras, no hay nacionalidades, apenas acentos distintos y una que otra lengua muerta. Mientras le gente ya no se mira a traves de sus ojos ni de los tuyos Pablo, ya no se miran solo se tocan.
Las palabras me abandonan, son marineros en un barco hundido, piratas que saltan a su suerte mientras el mar los espera ansioso. El fuego negro** reclama, aulla, pide a gritos lo liberen y corra por todas las venas; las de Rumel, las de Maori, las mías y a veces por las de Valentina.
Sismo grado 8 en la escala de mi cabeza, llena de telarañas, rincones malolientes. Toda la introducción para esperar el Tsunami.
*"Pablo de Rokha" por Pablo de Rokha
** Poema del mismo autor.
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3 comentarios:
Don Alex, a veces un tusnami es bueno para limpiarse. Lo que vale quedará y lo que no se ira por el drenaje.
P.D: Tenga cuidado, suele ocurrir lo mismo pero al revez.
Sea el fracaso total del mundo y dialoge con el mismo Satanás...
Como una escopeta apuntándonos a la cabeza...
O los cuadernos recuperados de William Turner, el que desafió en una proa la tormenta.
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