lunes, 7 de abril de 2008



La otra orilla

Desaparezco en una Inmensidad que no conozco,
pero hace ya algún tiempo vengo delirando
en sueños de hoguera en brasas.
Inmensidad tornasolada a veces,
como párpados eternamente titilantes.
Y bajo esa Inmensidad
que es la sinuosidad de sus contornos
me repliego como en una danza única
al ritmo de la musicalidad cronometrada
de las respiraciones entrecortadas…
y así, despojo, te sumerges en mi piélago
de pétalos fragantes que a tu contacto,
de par en par, abre las aguas de este Nilo mío.

¿Ya cruzaste a salvo de la desidia hacia la otra orilla?

2 comentarios:

Pablo Rumel Espinoza dijo...

La otra orilla se asemeja mucho a la zona fantasma.

O al lugar donde las ánima vagan, siguiendo el curso de las aguas del Nilo.

Pablo Rumel Espinoza dijo...

*ánimas