(jugando a que hay palabras)
No,
a mi no hay nombres que me nombren
ni habitaciones que me contengan,
porque cuando crucé ese umbral
se me volaron los ojos
los pájaros
y los harapos
(sobre el cuerpo)
Cuando pasé
me quedé
-en el puerto de tu oído-
después de elegir
el lóbulo de esta oreja
… y sonreí
Hoy sabes que
sólo melodías me danzan
se marean
se pierden
y
se esfuman,
entonces canto
-en tu cuerpo-.
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1 comentario:
Una voz tatuada, con los pasadizos y los umbrales del Alhambra.
Saludos.-
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