domingo, 30 de marzo de 2008

Elogio.

no estallaré cuando caiga,
me dije en la construcción del bien.
yo temblaba quitado de sueño y de calor.
yo no sabía si habría de estallar,
pero los arquitectos prometían
y los profetas parecían felices.
así no me importaba ser desnudado a la fuerza
de mi elección y la suya.
no soñé, quizás ese fue mi error,
pero estaba decepcionado.
decepcionado a la fuerza del desnudamiento.
mi sueño era inestable
y en la habitación de hotel reinaba la confusión de los golpes
de escoba y de pared.
no sé si alcancé a preguntarme
por algo humano en todo eso,
sufría despojado de mi conocimiento,
sin la tranquilidad del medio,
así que siempre me buscaba una taza
de café después de la una,
como para reconstruirme un sueño
de este y otro tiempo,
para levantar el mundo con poesía.

1 comentario:

Pablo Rumel Espinoza dijo...

Elogio de rebotar en una tumba fructifera. Morir, pero luego florecer.

Acá estamos, dando la pelea alfabética-simbólica

SALUD!

(café descafeinado con sacarina en mano)