jueves, 20 de marzo de 2008



Cinderella


(Creyó moldearlo en alguna remota época cuando, descalza
y desnuda, fue parida por una costilla ajena)
Ella cree encontrarlo: figura preñada de sueños acerada
en la horda de una esperanza muda como de vientos.
Camina niña, corre a su encuentro, al encuentro de la pérdida
a la pérdida del mundo en una moneda.
De prisa entre el humo y las llamas, agólpate a tu elemento
entre el cielo y el barro ¿qué misterios aguardan a tu caída
ángel del suelo, al error inefable de esa visión otra?
Zambúllete, ciega, a tientas (como palpando la nada)
en otros cuerpos: un sinnúmero de víctimas inmoladas
a tu deseo, a tu búsqueda de agujas en pajares de miedos.
En la agonía de tus espasmos asoma el recién nacido secreto
en tu muerte simulada, en el desprendimiento de tus vestidos
en la caída de tu zapato en un palacio de patio trasero;
a media noche un hotel aguarda tus cristales.

4 comentarios:

Pablo Rumel Espinoza dijo...

Una cenicienta sobre cenizas, sobre una pila de huesos planeando, a la busca de un príncipe azul esmeralda, robótico, con brazos de acero.-

Maori Pérez dijo...

Vos y cho,
¿nos conocemos?

Vos y cho,
¿nos conoceremos?

Maori Pérez dijo...

Perdoname, Carolina, pero ahora estoy borracho y me creo en el derecho de gritar el comentario que sigue:

WASHITA RICA!

me perdonás.

Carolina Canave dijo...

Ehh..creo q no nos conocemos, o si?